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Ahora bien, lo que brindan estos sitios de renta vacacional es cierta seguridad para cada parte, tanto para el propietario (anfitrión) como para el inquilino (huésped).
Por el lado del propietario, Airbnb brinda dos elementos: un seguro de protección y una garantía. El seguro es un seguro de responsabilidad civil que puede cubrir hasta un millón de dólares por la responsabilidad legal de un anfitrión frente a un huésped o un tercero que se lesione o sufra daños en su propiedad debido a un incidente relacionado con una estancia Airbnb. La garantía es una cobertura de hasta un millón de dólares por eventuales daños al inmueble y/o a las pertenencias del propietario durante una estancia que provenga de Airbnb. Además de estos dos elementos, en el anuncio el propietario puede activar un depósito en garantía (con el valor que él/ella decida) que cubre cualquier posible daño o faltante en el inmueble.
Por el lado del huésped, poder rentar a través de una plataforma le da mayor seguridad de que quien les está rentando no es un estafador que está queriendo embaucarlo con algún tipo de fraude. El huésped ve que ya la plataforma dio permiso a ese propietario de publicar su propiedad; también ve, a través de las evaluaciones de anteriores huéspedes, que hubo ya otros usuarios que se hospedaron en el inmueble; todo lo cual le brinda mayor confianza y seguridad al momento de realizar una reserva.
Pero volviendo al tema principal de este post, el de cómo poder rentar el inmueble de modo vacacional con seguridad jurídica por fuera de Airbnb o Booking, y de esa manera poder aprovechar este gran mercado de vacacionistas que prefieren rentar de este modo, veremos ahora qué habría qué hacer.
En principio hay que comprender que la renta vacacional no deja de ser un arrendamiento de un inmueble, independientemente de que sea a corto plazo. Y por lo tanto, al ser un arrendamiento, también está regulado por medio de una legislación.
Entonces, ¿qué debería hacer el propietario para rentar su propiedad vacacional de modo seguro y conforme a la ley? Debería contar con un contrato de renta vacacional debidamente realizado por un abogado o notario y firmarlo con cada vacacionista al ingreso. Lo ideal es que el contrato sea antes enviado por vía electrónica y que ambas partes estén de acuerdo previamente a la firma.
Ya luego el contrato mencionará cuáles son las responsabilidades de cada parte, cuánto debe abonar el vacacionista de apartado para reservar, cuál es el monto de depósito en garantía que cubra posibles daños o faltantes, y todas las demás cuestiones relacionadas a la renta. Puesto que se hace muy complicado firmar el contrato en una notaría con cada huésped, el contrato se puede firmar de forma privada sin inconveniente.
Si el propietario tiene un administrador a cargo de la renta de su propiedad, lo único que habría que agregar es la expedición, por parte del propietario, de un poder administrativo notariado a nombre del administrador. De esta manera el administrador estaría en condiciones legales de poder rentar la propiedad, siempre con el debido consentimiento del propietario, y de poder firmar los contratos con cada vacacionista.
Ya habiendo cumplido con estos requisitos básicos, puede el propietario rentar su casa o departamento vacacional por fuera de plataformas, contar con seguridad jurídica, y de este modo poder aprovechar el gran mercado de usuarios que prefieren rentar de este modo. Rentar así contribuye a poder obtener, en conjunto con las rentas que provengan a través de Airbnb o Booking, un mayor porcentaje de ocupación del inmueble durante todo el año. Recomendamos enfáticamente no desperdiciar la oportunidad de poder rentar por esta vía, porque es un mercado que puede proporcionar interesantes beneficios.
